martes, 13 de septiembre de 2011

Santo

Según la RAE (Real Academia Española), santo es:

Perfecto y libre de toda culpa; Bondadoso, de especial virtud, abnegación y ejemplo; Sagrado, inviolable.

Santo, Bíblicamente hablando, es el que se aparta para Dios. Alguien que se aparta de carnalidades y pecados a fin de servir y agradar a Dios ya que sin santidad es imposible agradarle y sin ella nadie vera Su rostro. Tanto la definición Bíblica como la RAE concuerdan en que quien es santo tiene cualidades inherentes de un ser vivo consciente. Dicho de otra forma, de personas vivas.

Hace poco, un forista que debatía conmigo exponía algunos textos bíblicos con los que buscaba defender la teoría o el dogma de que las personas que han fallecido son hechos santos y al estar más cerca de Dios pueden interceder por nosotros los vivos, sin embargo, ninguno de estos textos prueba esa teoría sino que habla de ciertas situaciones que, mal enfocadas, dan como resultado el error doctrinal.

A continuación están los textos citados y la respuesta que el Señor me permitió dar a ellos:
  •  “Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén” (Lc 9:30-31)

Elías no vio muerte, fue traspuesto, levantado en vida por el Señor. Moisés si vio muerte pero habiendo vivido en obediencia a Dios por la fe es galardonado con la vida eterna. Ellos no están intercediendo por ninguno, ellos están en la gloria de Dios porque así le ha placido al Padre.
  •   “Y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos” (Mt 27:52-53)

En estos versículos se hace mención a hombres santos que habían muerto, es decir, personas que vivieron una vida de santidad, no muertos hechos santos.

  • En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados” (1P 3:19)

El infierno existe, es un lugar de sufrimiento eterno, no un sitio en el que se destruye al ser y listo. La muerte espiritual es la separación del hombre de Dios y esto eternamente. Esto quiere decir que el alma es inmortal. El espíritu pertenece a Dios, recuerda que el espíritu del hombre es el soplo de vida que Dios nos da pero este le pertenece, es decir también el espíritu es inmortal. La carne es la que es finita. Este pasaje no habla de santos sino de aquellos que estaban bajo pena espiritual, sometidos a castigo por sus pecados cometidos. Al que es santo no hay manera de castigarle por cuanto no tiene un delito que imputarle.

  • “Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos” (Ap 8:4)

Con este verso el hombre que debatía conmigo pretendía probar que los muertos oran en el cielo para interceder por nosotros. Las oraciones suben ante la presencia de Dios como humo de incienso, como olor grato delante de Dios. Estas son las oraciones de aquellos que “viven” en santidad y adoran a Dios en espíritu y en verdad, se refiere a los hombres y mujeres que están vivos y se mantienen santos. Si fueran oraciones de quienes viven en el cielo ¿para que debieran subir?

  • “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gal 3:26)

  •  “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro 8:15-16)

  •   “En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Ef 1:5)

Con estos versos quiso decir que todos los seres humanos somos hijos de Dios para poder justificar que los que mueren van a la presencia del Padre, pero esto no es así. Todos los seres humanos somos “criaturas”, creación de Dios, pero solo son hijos de Dios quienes han puesto su fe UNICAMENTE en JESUCRISTO, así está claramente expresado en Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” De hecho, cada uno de estos textos, extraídos de las epístolas del Apóstol Pablo, están dirigidos a Iglesias ya establecidas para aquella época, en otras palabras, esas afirmaciones son para quienes ya eran creyentes en Cristo, a los hijos de Dios.

El hecho de ser un hijo de Dios (Cosa que es por gracia Suya y no por merito nuestro) nos llena de responsabilidades y nos exige principalmente vivir en santidad. La Palabra dice que “Ninguno que milita se enreda en los negocios de LA VIDA, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2Ti 2:4). Es decir, “VIVE” en santidad para agradar a Dios. Este es un asunto de vivos, no de muertos. "Los muertos nada saben y su memoria es puesta en el olvido" (Ec 9:5), ¿Cómo, pues, podrán dedicarse a ser santos y a apartarse del mal?

  • “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Ef 2:19-22)

  • “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos” (1Co 12:13-14)

  • “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” (Ro 12:5)

Recordemos nuevamente el concepto, santo es aquel que se aparta para Dios. Este versículo no habla de los muertos. Hace mención de quienes viven en santidad, debemos tener en cuenta que en Efeso, en Corinto y en Roma se habían levantado Iglesias conformadas por quienes eran anteriormente los gentiles, es decir, por quienes no eran parte del pueblo escogido de Dios (Israel), no formaban parte de Su familia hasta que, por medio de la fe en Jesucristo fueron hechos miembros de esta. Y aun había Judíos convertidos al Cristianismo que podían libremente compartir con los demás pues estaban unificados bajo una misma fe. 

  • “Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan” (1Co 12:25-26)

Este texto Bíblico nos permite comprender que como miembros de un mismo cuerpo todos debamos padecer o alegrarnos en la afición o en el gozo de cada uno de los miembros. Si yo, andando descalzo, pisara un clavo sentiría dolor en mi pie, pero acusaría dolor mi boca y todos los músculos de mi cara lo avalarían con la expresión. Pero eso no quiere decir en ninguna manera que un hombre que haya muerto pueda dolerse con los vivos y por tanto interceder a favor de estos. No se lee nada de eso allí.

  • “Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor” (Ef 4:15-16)

Este verso fué usado para defender la posición de la “comunión de los santos”. Ese término ha sido tergiversado por el catolicismo llevando lo que debe ser la comunión entre hermanos en la fe en Cristo Jesús a una supuesta comunión con aquellos que han muerto. Eso no tiene ningún sentido. La comunión es entre seres vivos. Solo veamos lo que dice el texto: “…se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro…” Actividad, un muerto no tiene actividad de ningún tipo. Ni siquiera espiritualmente pues éste simplemente está esperando sin conciencia alguna el momento del juicio. “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (He 9:27)

Adicionalmente agrego lo siguiente:

Muerte por definición es separación; Comunión es tener participación en lo común.

No es posible perder la comunión con una persona fallecida porque simplemente no participa activamente debido a su separación de la vida de lo que para los vivos es algo común como la fe.

La línea doctrinal romanista de mi amigo forista está errada en cuanto a su percepción de los muertos, de lo que es la santidad y de lo que es la comunión.

Estudiemos las Escrituras pues en ellas hallaremos la verdad que es Cristo.

Bendiciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos reservamos el derecho de eliminar todo mensaje con contenido ofensivo, denigrante, irrespetuoso o malintensionado que sea publicado en este blog.